Un santuario marino en la Antártida

Hace apenas unas semanas la Comisión Ballenera Internacional (CBI) volvía a rechazar un acuerdo para trabajar en la creación de un santuario en el Atlántico para la protección de estos cetáceos. Sin embargo, pocos días después, 24 países y la Unión Europea llegaron a un acuerdo para establecer en la Antártida la mayor reserva marina del mundo. Tras el varapalo de la Comisión Ballenera para las organizaciones conservacionistas, la creación de esta gran reserva marina en la Antártida ha supuesto un gran triunfo para la biodiversidad.

El santuario que se creará después de que la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) diera luz verde, se situará en el mar de Ross, en el océano Antártico.

Una vez que entre en vigor en diciembre de 2017, el área abarcará 1,57 millones de kilómetros cuadrados del océano Antártico que estarán libres de pesca comercial y de perforaciones durante los próximos 35 años.

La pesca estará totalmente prohibida en el 100% de la zona, pero se establecerá una pequeña porción en la que sí se podrán efectuar capturas para la investigación científica, lo que permitirá a los expertos estudiar aquellos factores que afecten a los ecosistemas marinos.

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El océano Antártico alberga más de 10.000 especies únicas, entre ellas la mayoría de la comunidad mundial de pingüinos, ballenas, aves marinas, el calamar gigante y el bacalao austral. El mar de Ross comprende un 2% del Océano Antártico y es el hogar de un tercio de la población mundial de pingüinos de Adelaida (Pygoscelis adeliae),  6% de las ballenas Minke (Balaenoptera acutorostrata) y también de grandes poblaciones de focas, orcas y de pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri) entre otras muchas especies. De hecho, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) alertó que un tercio de las colonias de pingüinos adelaida podrían desaparecer en 2060 por el impacto del cambio climático en sus fuentes de alimentos.

A pesar de reconocer que es sólo el principio, los conservacionistas esperan que sirva para abrir el diálogo a futuros acuerdos internacionales.