Venenos que curan
Arañas, escorpiones, serpientes o insectos. Muchos de estos animales venenosos podrían convertirse en una fuente inagotable de medicamentos en el futuro para tratar enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas. Así pues, los reptiles venenosos podrían convertirse en una buena fuente de nuevos medicamentos para enfermedades humanas.
El estudio publicado en Nature Communications demuestra que tanto las culebras como los lagartos recuperan algunas de las toxinas de su veneno para utilizarlas, de forma segura, en otras partes de su organismo. Este mismo mecanismo se busca igualarlo para consumo humano, es decir, convertir las toxinas del veneno en fármacos seguros y efectivos.
El veneno de serpiente ha formado parte importante en la elaboración de medicamentos para reducir la presión arterial.
Algunas toxinas del veneno de víbora atacan las mismas vías fisiológicas que los facultativos desean combatir para tratar una variedad de trastornos médicos.
Los venenos son complejos de toxinas que actúan antagonizando receptores cuya actividad está alterada en determinadas enfermedades. En el caso de la cobra real, afectan principalmente a los sistemas cardiovascular y nervioso, bloqueando receptores vitales para la transmisión nerviosa. La muerte sobreviene por parada cardiorrespiratoria. Esas neurotoxinas han sido aisladas y están ya en fase clínica para el tratamiento del dolor. Hoy ya existen varios fármacos en el mercado (por ejemplo, para tratar la hipertensión) cuyos péptidos se han basado en el veneno de estos reptiles.
Investigadores de la Universidad Nacional de Australia aclaran que el veneno de serpiente es muy útil en tratamientos contra el cáncer porque impide la formación de metástasis.
Desde diciembre de 2000, los científicos han estado investigando el uso de veneno de serpiente en el tratamiento del cáncer. Una proteína, Contortrostatin, se aisló de la cabeza de la cobra del sur. El Contortrostatin trabaja en dos formas de prevenir la propagación del cáncer en ratones: inhibe las células del cáncer de engancharse en otras células, que es como se propaga el cáncer, y al mismo tiempo, Contortrostatin previene que se formen nuevos vasos sanguíneos, que es lo que alimenta los tumores del cáncer. Mientras que las proteínas del veneno de serpiente ya se utilizan como fármacos para las enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, los investigadores del cáncer se han unido a la batalla, tratando de descubrir nuevos tratamientos para el cáncer.
Las temibles hormigas rojas contienen un químico letal, piperidina, presente también en la cicuta, la ponzoña usada por Sócrates. Aunque provoca prurito e irritación intensos, sus compuestos son útiles como estimulantes de la función cognitiva en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
La sangre de la serpiente aporta propiedades que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a tratar el SIDA.
Como veis, las serpientes son animales a los que generalmente se les asocia con el peligro, pueden llegar a ser agresivas pero esto es sólo si se sienten amenazadas. Sin embargo, estas son una fuente rica en propiedades curativas para algunas enfermedades y cuidados de la salud humana.
Sin duda alguna, la mejor razón para quererlas es pensar que son seres grandiosos que pueden curar todos los males.