Cuando el ego habla
En muchas ocasiones oímos la palabra ego, el calificativo ególatra, pero ¿en algún momento nos hemos parado a reflexionar sobre lo que realmente significa?
Por definición Freudiana el ego es la instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del «super yo» y la realidad del mundo exterior. Coloquialmente, el ego es el exceso de autoestima.
¿Cuándo un exceso de algo positivo como es la autoestima se torna oscuro e individualista?Hace poco hablamos de la relación de las emociones con la salud y comentamos que las emociones positivas excesivas también pueden provocarnos excesos negativos y el ego puede ser otro ejemplo de ello.
Es el principio en nuestra mente que nos separa a los unos de los otros, nos hace individuales, y nos proporciona un sentimiento de diferenciación del resto de personas. Sin embargo, a nivel práctico, el ego no es más que la herramienta que nos ayuda a organizar los diferentes aspectos de nuestra personalidad de forma que podamos funcionar en el mundo, ser parte de él, interactuar en todas las situaciones de nuestra vida, y desenvolvernos con cierta soltura en todo lo que hacemos.
El ego, en realidad, fue creado para estar al servicio de nuestro yo interior, y cuando éste se confunde con la totalidad de nuestro ser, nos olvidamos que no es el papel que le fue asignado, y es cuando empezamos a tener problemas y a desconectar de la fuente que realmente ha de guiar nuestros pasos.
Existen cinco características que no son más que extensiones del ego:
- Ira: Se manifiesta con agresividad, enojo, confrontación y gritos. Y la razón de ser de esa actitud es generalmente por tener expectativas sobre los demás y las cosas no salen como tú lo esperas. De inmediato te sientes como víctima, agredido, traicionado y mal tratado. Tus expectativas deben de estar en lo que tú puedes y debes hacer.
- Control: Se manifiesta a través de la manipulación de los demás, una preocupación malsana por lo que pasa a tú alrededor y el deseo reactivo de estar informado.Rara vez te pones a pensar las causas de este comportamiento, pero si te detienes en analizarte, verás que es el miedo y la inseguridad en ti mismo lo que te hace ejercer dicho control.
- Juicio: Esta es una de las voces más frecuentes del ego y se manifiesta cuando siempre estamos criticando todo y la única verdad es la tuya. Tal vez esta es la extensión es por la cual se conoce más el término de ego, porque su efecto es cuando te crees mejor que los demás.
- Orgullo: Esta estrategia del ego hace que se manifieste haciéndote tener una actitud engreída, te hace sentir alguien por encima de los demás, piensas que no necesitas a nadie, cuando eres incapaz de reconocer tus errores y te sientes invulnerable.
- Odio: Esta extensión se manifiesta haciéndonos sentir pesimistas; cuando odiamos sin razón, cuando tenemos una consciencia destructiva y nos comportamos con una actitud despectiva hacia los demás. El ego aquí trabaja de una manera singular, impidiendo que podamos ver lo bueno que tienen los demás. Perdemos la capacidad de apreciación y nos volvemos insensibles.