El sentimiento del amor desde la ciencia: ¿bioquímica o algo más?

A lo largo de la historia el amor siempre ha sido idealizado por poetas, pintores, cantantes o artistas y hemos pensado que se trataba de una fuerza imparable dentro de nosotros, ahora veremos la parte científica que hay detrás de esa fuerza. Podríamos explicarlo diferenciando tres factores determinantes o etapas y acabaremos demostrando que la bioquímica tiene mucho que decir al respecto:

1.- El deseo sexual

Se inicia en el córtex cingulado anterior con la testosterona y los estrógenos, hormonas que nos aportan lujuria y atracción, es una fase que puede tener una duración de unas semanas a varios meses. Es la etapa en la que nos interesamos por conocer a alguien e intentamos cortejar a esa persona.

Tras años de evolución, el objetivo de toda especie ha sido la perpetuación del ADN de la especie, y por ende de encontrar una pareja para tal fin. Al tratarse de un instinto, se basa en la actuación por impulsos más que por el razonamiento. 

B6Ebn7jCUAItMCX

2.- El amor “romántico”

El cerebro registra un aumento de la producción de Feniletilamina, lo que conlleva un aumento de actividad en el área vectral-tecmental, la encargada de producir dopamina y un aumento de actividad del núcleo caudado, región primitiva del cerebro de donde emana la pasión. Se puede decir que el Núcleo caudado es el motor del amor romántico y la dopamina su combustible.

Al mismo tiempo el cerebro también genera norepirefrina oxiticina, comenzando un complejo trabajo de los neurotransmisores que nos hace estar enamorados, comportarnos como tal y apenas sentir fatiga alguna frente a esos arrebatos sentimentales. La oxitocina por ejemplo, se produce en las relaciones sexuales y contactos íntimos como los besos o masajes. También es la responsable de que tras el orgasmo, se establezca un vínculo emocional más fuerte.

En esta etapa de amor romántico, también disminuye la producción de serotonina, lo que provoca un pensamiento obsesivo de no poder vivir sin es persona, convirtiéndolo en algo parecido a una adicción ya que su función es fundamentalmente inhibitoria, afecta al sueño, al estado de ánimo y a las emociones.

El hipotálamo envía a las glándulas de nuestro cuerpo la señal de aumentar la producción de adrenalina y  noradrenalina. En este punto el corazón late más deprisa, sube la presión arterial sistólica o aumentan los glóbulos rojos para aumentar el transporte de oxígeno por la sangre.

3.- El cariño

La etapa del cariño y los sentimientos de apego profundo puede romper la pareja o durar toda la vida. Todo depende de aprender a distinguir entre el amor romántico y un amor más dilatado en el tiempo donde fluctúan muchos componentes como la convivencia, el conocimiento mutuo, el apego, los afectos, la estabilidad, el equilibrio o la seguridad. Se trata de un amor más compañero.

El amor romántico es desde el punto de vista científico, una “enfermedad” transitoria y finita, ya que genera un gasto energético muy alto y que no se puede sostener por mucho tiempo, de ahí que pasado un periodo de entre 18 y 36 meses, ese amor romántico desaparezca y se necesite algo más.

Para regular este estado tan energético, el hipotálamo segrega endorfinas, vasoprexina y oxitocina, hormonas responsables de los lazos de cariño o la responsabilidad hacia los hijos y la pareja.

En esta etapa hay estudios que demuestran que las muestras de cariño como un clásico beso al despertar o los abrazos, aportan motivación y actitud positiva y refuerzan los lazos en esta etapa de sentimientos de apego profundo. El contacto y las muestras de afecto también generan cambios químicos positivos en nuestro cuerpo, ya que para los humanos el contacto físico es una necesidad y una fuente de bienestar que nos aporta sensación de protección, disminuye el estrés y genera lazos emocionales.

Visto esto está claro que cuando se empieza a perder el amor romántico, es cuando es más necesario que nunca reforzarlo con este tipo de contacto y no evitarlo.

El Amor Es Ciego y La Locura Lo Acompaña

Como conclusión responderemos al planteamiento inicial:

¿Se puede decir que el amor es solo química y nada está en nuestras manos?

 Prácticamente la química es el factor más potente en el complejo sentimiento del amor,  de hecho, desde un punto de vista científico, todos nuestros pensamientos o emociones son productos de reacciones químicas.

La química casi siempre acaba saliéndose con la suya aunque también es acertado pensar que una parte del amor queda en nuestras manos, ya sea en forma de esfuerzo, dedicación y de continuar esa lucha de mantener lo que hemos conseguido con amor y lo que la dopamina empezó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.