Japón y sus casas
Me enamoran las casas japonesas y la elegancia escondida detrás de la más absoluta sencillez. Me refiero a las casas de estilo tradicional.
El concepto de una casa japonesa no tiene nada que ver con una casa occidental y tanto la distribución como las diferentes estancias forman parte de unos hábitos y de una filosofía de vida totalmente distinta a la nuestra.
La casa tradicional japonesa no tiene una utilidad destinada para cada habitación, a excepción de la entrada (genkan), la cocina, el baño y el aseo. Las divisiones dentro de una casa, no están hechas de paredes rígidas sino que son creadas con los fusuma, puertas correderas hechas de madera y de shôji (papel japonés). De esa manera, cualquier habitación de la casa puede ser comedor, sala de estar, estudio o dormitorio, a la vez que podemos hacer la estancia más grande o más pequeña según la ocasión y además, tiene muchas ventajas ante los continuos temblores de tierra que sufre el país. Para evitar la humedad del suelo, el piso está elevado unos centímetros y está apoyado sobre vigas de madera. A excepción de la cocina y la entrada, el resto de estancias de la vivienda están cubiertas de tatami, unas esteras fabricadas con paja. Estas piezas de tatami se colocan entrelazadas con espacio suficiente para que circule el aire por debajo. La superficie de las habitaciones no se mide en metros cuadrados sino en tatamis. Así pues, se dice que una habitación es de 6, 8, 12 …tatamis. Los japoneses no duermen en camas sino en futones, una especie de colchones de algodón que se extienden sobre el suelo de tatami y que durante el día se recogen enrollados y se guardan en amplios armarios empotrados de puertas correderas, llamados oshiire, dejando la estancia libre para otra utilidad. En el oshiire también se pueden guardar los muebles cuando interesa, ya que son todos “portátiles”.
Generalmente los japoneses tampoco usan sillas sobre el tatami, por lo que se sientan sobre unos cojines planos llamados zabuton o directamente en el suelo, sobre el tatami. Por ese motivo, al entrar en la casa se deben quitar los zapatos. En consecuencia, las mesas son muy bajas pensadas para tal fin.
La única estancia realmente dividida del resto es la entrada, que se encuentra a un nivel un poco más bajo que el resto del suelo. Es en el genkan donde se dejan los zapatos y se cambian por las zapatillas, a no ser que se prefiera ir descalzo.
El aseo en la casa japonesa está separado y situado lejos del baño. Normalmente la pila lavamanos también está situada aparte. A primera hora de la mañana cada uno utiliza una de las tres estancias según la conveniencia, sin necesidad de esperar a que otro saliera del baño para acabarse de arreglar. En el baño hay un elemento que llama la atención a un occidental: el ofuro, o bañera en japonés. Es una bañera estrecha y profunda donde una persona se puede sumergir hasta los hombros. Se utiliza como un elemento de relax, por lo que normalmente antes de meterse en el ofuro, toman una ducha previa. En el caso de los apartamentos pequeños, los tres accesorios suelen estar juntos en un baño unitario muy pequeño.
Aunque muchos hogares japoneses están distribuidos y diseñados al estilo occidental y tienen dormitorios, salas de estar, comedor, cocina y baño según nuestros esquemas, incluyen al menos una estancia al estilo de la casa tradicional japonesa. Se llama washitsu, y tiene el suelo de tatami y las ventanas de shôji o papel japonés. Las paredes se substituyen por fusuma (separaciones verticales correderas), el armario u oshiire para guardar los futones y el techo de madera.
En cuanto a la decoración de la casa tradicional japonesa, las palabras que mejor la definen son simplicidad y armonía. Los elementos decorativos están relacionados con la naturaleza o la religión. Las obras de arte están en un lugar específico para ello, el tokonoma, que consiste en un hueco en la pared con una plataforma más elevada que el resto de la habitación de tatami. Normalmente el tokonoma se decora con algún lienzo de caligrafía, con un bonsai o con un arreglo floral, llamado ikebana.
Después de conocer las casas japonesas pienso que la mayoría de veces nos complicamos la vida de tal manera que se hace difícil retroceder. Nos convertimos en esclavos de una serie de necesidades inútiles que nos hemos creado y que no llevan a ninguna parte.
Cada objeto, cada detalle, en una casa japonesa tiene un sentido o una utilidad.
Unas bonitas flores, que posiblemente en mi casa pasarían casi desapercibidas, en una casa japonesa pueden ser la única decoración del tokonoma, con todo el protagonismo que se merecen.
La sencillez, la armonía y la elegancia de la casa tradicional japonesa me han cautivado, en otra ocasión seguiremos por las calles y el estilo urbanita japonés.