La algarroba y el algarrobo
El algarrobo es un árbol autóctono del litoral Mediterráneo, y su fruto ya era consumido desde la antigüedad (Fenicios, Griegos, Romanos, Árabes,…), formando parte de la cultura de muchas regiones españolas. Es robusto, muy resistente a la sequía, a las plagas y no necesita muchos cuidados. Puede vivir en terrenos en los que otros árboles no lo lograrían, como acantilados, terrenos muy pedregosos, alcalinos y de baja calidad.
Durante milenios los algarrobos han servido de sustento para la alimentación del ganado, aunque también han estado presentes en la base alimentaria de las personas, sobre todo en épocas de hambruna. Aunque su cultivo no necesita de extremos cuidados, la recolección del fruto es manual y se adapta muy bien a la «agricultura a tiempo parcial». Actualmente las modernas plantaciones del Levante español ya se empiezan a mecanizar.
Los algarrobos son necesarios para la conservación de nuestro ecosistema. Ideales para las zonas más áridas del país, son tolerantes a la salinidad, permitiendo su cultivo en zonas costeras, donde hay tantos problemas con las plantaciones de palmeras, al ser atacadas por el «picudo» o «morrut», acaban enfermas y muriendo la mayoría de ellas.
Muy resistente por su naturaleza a las plagas, no necesita productos químicos para su cuidado, siendo una perfecta elección para la promoción de las explotaciones agrícolas ecológicas. Desde este espacio queremos hacer llegar de una forma sencilla y clara, toda la información que rodea a los algarrobos, un árbol muy beneficioso para el equilibrio natural del ecosistema y que por desconocimiento sigue sin estar lo suficientemente valorado.
Se llama Algarroba (o Garrofa) al fruto de los Algarrobos (Ceratonia Siliqua L.), independientemente de la especie o variedad que sean.
Estos frutos se han utilizado para alimento de los animales desde tiempos remotos, aunque también se usaron para el consumo humano. Al emplearse principalmente como alimento para el ganado y servir de sustento para las personas más pobres, en épocas de hambruna (durante la Guerra Civil Española y la posguerra), su fama no se ha visto beneficiada y ha sido menospreciada considerándose, durante décadas como un alimento «de baja categoría», explotándose su uso como nutrición animal, más que para el consumo humano.
Hace muchos años que se usa en diversos sectores industriales y alimenticios y poco a poco está más presente en el mercado, siendo revalorizada en muchos sectores. Aunque todavía no ha adquirido el prestigio que se merece, ni es extensamente conocida en nuestra cultura culinaria, llevando milenios a nuestro lado.
Intentaremos transmitir de una forma sencilla y amena, todo lo que sabemos sobre la algarroba y les invitamos a conocer más sobre este fruto tan preciado y a la vez menospreciado.
Una alternativa al cacao
Con el principal propósito de sustituir el consumo diario de cacao por la algarroba, muchas marcas han lanzado al mercado una alternativa perfecta. Sobre todo pensando en los niños, que les afecta el cacao o el azúcar notablemente, y aún más si son de por sí movidos, inquietos, activos o con mucha energía, el chocolate es una bomba explosiva para ellos.
Con la algarroba se encuentra un sustituto del chocolate, sabroso, sano y que no tiene efectos estimulantes, excitantes, ni adictivos, y que pueden comer a diario.
La Algarroba contiene en su composición natural entre el 40 y 60% de azúcares, entonces no es necesario añadir grandes cantidades de endulzante: al final contiene menos calorías que el chocolate.
Porque la algarroba no tiene componentes adictivos, estimulantes ni excitantes del sistema nervioso central como el cacao.
Es un alimento muy completo, de las propiedades nutricionales de la algarroba destacaríamos que no posee gluten, es muy rica en carbohidratos, proteínas, fibras, taninos y minerales, y muy baja en grasas.
La harina de algarroba es más económica que el cacao desengrasado en polvo, la harina de algarroba está a unos 12€ (ecológica y sin gluten) y el cacao desengrasado en polvo está a unos 14€ (la gama más barata de supermercado).
El cacao es un alimento liberador de histamina, las personas con alergia estacional o que son intolerantes a la histamina, deben evitar o reducir su consumo.