La luna de sangre
Viene un evento anunciándose en el horizonte, el cual podría tener significancia con los tiempos del fin: La luna de sangre.
El pasado martes 15 de abril tuvo lugar un eclipse total de Luna que inauguró el periodo conocido popularmente como «cuatro lunas de sangre«. Un inusual fenómeno que se produce cada diez años aproximadamente y que hace que veamos la Luna de color rojo. El fenómeno es parte de una tétrada, es decir, una serie de cuatro eclipses totales consecutivos que ocurrirán en intervalos de seis meses, aproximadamente. Los siguientes ocurrirán el 8 de octubre de 2014, el 4 de abril de 2015 y el 28 de septiembre de 2015.
Según los científicos, los tres primeros eclipses de la tétrada se verán desde América y Oceanía aunque el último, previsto el 28 de septiembre de 2015, será perfectamente visible en toda Europa.
Científicamente estas cuatro lunas, vistas desde la tierra, toman el color de la sangre porque la atmósfera del planeta, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro terrestre, actúa como una lente, desviando la luz del sol, al tiempo que filtra eficazmente sus componentes azules, dejando pasar solo luz roja que finalmente será reflejada por la Luna, dándole un resplandor cobrizo.
Tradicionalmente, y sobre todo cuando afectan al Sol, los eclipses han sido interpretados como augurios de mala fortuna. De hecho su nombre original en griego significa «desaparición» o «abandono» del cuerpo celeste que durante un breve espacio de tiempo «deja de estar» en el cielo.
Para las antiguas culturas, la interrupción de los flujos cósmicos naturales «en lo alto» provocaba desequilibrios «en lo bajo», incrementando el riesgo de incendios, terremotos, inundaciones y otras desgracias generales, además de actuar a nivel personal sobre los individuos, más expuestos a sufrir cansancio, enfermedades y accidentes.
Una observación hecha por Hagee indica que las ‘lunas de sangre’ que tuvieron lugar en los últimos 500 años coincidieron con eventos sumamente importantes para el pueblo judío. Así, en 1492 los judíos fueron expulsados de España, en 1948 fue proclamado el Estado de Israel y se produjo la Guerra de la Independencia, y en 1967 se inició la Guerra de los Seis Días en la que Israel luchó contra las naciones árabes y reconquistó Jerusalén como parte de su territorio.
Estamos pues ante un futuro incierto lleno de escepticismos, creencias y mitos. ¿Estos eclipses están relacionados de alguna manera con el final de los tiempos? En ocasiones la naturaleza es sorprendentemente aterradora y bella a la vez. Tendremos que esperar pues a ver que sucede.