La relajante valeriana
Valeriana, Valeriana officinalis, o también llamada hierba de los gatos, es una planta medicinal y aromática perenne que pertenece a la familia botánica de las Valerianáceas. Es una planta de tipo herbácea, con hojas pecioladas que puede tener pequeñas flores rosáceas o blancas.
Esta planta medicinal es estupenda para cultivar tanto en el huerto o jardín como en macetas y mesas de cultivo en patios y terrazas, así que anímate a plantarla para poder aprovechar las propiedades y beneficios de la valeriana, de las que te hablamos.
Además te recomiendo cultivar otras plantas medicinales y aromáticas como la albahaca, el orégano o el romero, de uso muy común en recetas de cocina y en remedios caseros.
Cómo cultivar Valeriana en el huerto o en macetas
Siembra y multiplicación: a partir de marzo vamos preparando los semilleros protegidos. Deja las semillas en un tarro con agua la noche anterior para que germinen mejor.
Otra forma de reproducir o multiplicar la valeriana es por división de mata de una planta adulta, sin duda es la forma más sencilla de obtener más plantas de valeriana. Lo haremos con plantas que tengan más de un año y preferentemente en otoño.
Trasplante: a las tres semanas aproximadamente ya podremos empezar a trasplantar las plántulas de valeriana a su ubicación definitiva dejando mínimo 30 cm entre planta y planta. Si cultivas la valeriana en macetas o mesas de cultivo, asegúrate de que tienen mínimo 40 cm de profundidad para permitir el desarrollo de las raíces, que es precisamente la parte de la que se aprovechan las propiedades medicinales de la valeriana.
Sustrato: idealmente la valeriana se desarrolla mejor en suelos o sustratos con un pH neutro, que estén sueltos, ricos en materia orgánica, que sean profundos y que estén bien drenados y aireados. Evitaremos los suelos arcillosos y apelmazados.
Temperatura: los climas templados favorecen su crecimiento. En climas fríos deben estar protegidas, porque, aunque pueden aguantar alguna helada puntual, los daños podrían perjudicar bastante a la planta.
Luz: podemos sembrarla a pleno sol y también en semisombra.
Riegos: mantén los riegos regulares porque a la valeriana no le vienen bien la sequía o el estrés hídrico. Esta planta crece de forma silvestre en zonas húmedas, por lo que debemos mantener el sustrato con cierto grado de humedad constante.
Poda: esta planta puede llegar a alcanzar el metro y medio de altura, por lo que deberás podarla en primavera y/o otoño para limitar su crecimiento a lo alto y a lo ancho, especialmente si vas a cultivar la valeriana en macetas o en mesa de cultivo. Para mejorar la calidad de las raíces, cortaremos las flores un par de meses antes de cosechar la raíz de la valeriana.
Plagas y enfermedades: durante el cultivo de la valeriana puede aparecer alguna plaga de pulgón, gusano del alambre y enfermedades causadas por hongos. Las podemos prevenir y combatir de forma ecológica sin mayor problema.
Cosecha: a partir del segundo año podemos empezar a cosechar el rizoma y las raíces de la planta para usarla en remedios caseros. Preferentemente cosecharemos las raíces de la valeriana en otoño o en primavera.
Propiedades medicinales y usos de la valeriana
Principalmente se utiliza con fines medicinales la raíz y el rizoma.
Es una planta medicinal muy apreciada por su acción sobre el sistema nervioso central.
Tiene efecto sedante y calmante, alivia el dolor de cabeza, ayuda en los casos de agotamiento nervioso y mejora los casos de insomnio.