Los egipcios y la penicilina

A los que nos ha apasionado la ciencia, siempre nos han contado que el descubridor de la penicilina fue el bacteriólogo británico Alexander Fleming en 1928. Con el descubrimiento de este antibiótico se revolucionó la medicina moderna, y la utilización de esta sustancia permitió tratar diversas enfermedades que, hasta bien entrado el siglo XX, se consideraban incurables. La penicilina comenzó a utilizarse de forma masiva en la Segunda Guerra Mundial, donde se hizo evidente su valor terapéutico. Desde entonces, se ha utilizado con gran eficacia en el tratamiento contra gran número de gérmenes infecciosos, especialmente cocos; en este sentido, se ha mostrado sumamente útil para combatir enfermedades como la gonorrea y la sífilis.

Penicilina

Posiblemente, su descubridor “oficial” fue Fleming, pero muchísimos años antes ya se hacía uso de los efectos de la tetraciclina, sólo que no sabían explicar el por qué de sus beneficios. Hace 2.000 años, los humanos conocían los beneficios de la tetraciclina, un antibiótico natural producido por la bacteria de suelo StreptomycesUn reciente análisis químico realizado en los huesos de ancianos nubios sudaneses, parece indicar que consumían regularmente tetraciclina, principalmente a través de la cerveza. El estudio, que se publicó en American Journal of Physical Anthropology, fue realizado por el antropólogo George Armelagos y el químico galeno Mark Nelson de la farmacéutica Paratek Pharmaceuticals, Inc.,

Armelagos es experto en bioarqueología y dietas prehistóricas, y ya en 1980 descubrió lo que parecían trazas de tetraciclina en los huesos humanos de nubios que vivieron entre el año 350 y el 550 de nuestra era. Armelagos y sus socios creían que la fuente de este antibiótico era la cerveza y especulaban que el grano usado para la fermentación contenía StreptomycesPero no pudieron demostrarlo hasta que Mak Nelson, que contaba con las herramientas y la experiencia necesaria (y que por fortuna había asistido a una conferencia de Armelagos) le pidió a este que le enviara huesos de momias nubias para extraer la tetraciclina en ellos.

Penicilina2

El resultado asombró a Nelson. “Los huesos de estos ancianos estaban saturados en tetraciclina, lo cual demuestra que la habían estado consumiendo durante un largo periodo de tiempo. Estoy convencido de que poseían la ciencia de la fermentación bajo condiciones controladas, y que producían el fármaco a propósito“, afirmó Nelson.

Prueba de ello es que descubrieron trazas de este antibiótico incluso en los huesos de la tibia y el cráneo de un niño de 4 años, lo cual sugiere que el niño recibía dosis altas para intentar curarle de alguna enfermedad.

Teniendo en cuenta que nosotros descubrimos la tetraciclina ya en el S XX, hay que quitarse el sombrero ante los antiguos nubios.