Oasis, los desiertos esconden agua
Los oasis están aferrados en nuestras ideas como un pequeño manantial en medio de un desierto, desprende un misticismo que a muchos nos fascina y nos recuerdan espectaculares aventuras que un día leímos, o afortunados los que han podido visitar uno. Por lo general, al oasis lo rodea un pequeño pueblo lleno de gente maravillosamente simpática dispuesta a ofrecer sus riquezas a cambio de información y curiosidades de lo que para ellos es el mundo exterior.
Desgraciadamente estas obras de arte de la naturaleza son en muchas ocasiones bastante efímeras y aunque muchos de estos oasis se secan y desaparecen con el paso de los años, otros obtienen su riqueza hídrica de enormes manantiales fósiles, de surgimientos de agua permanentes que han contemplado la historia humana desde sus inicios.
Herðubreiðarlindir Oasis – Islandia. En la parte superior del monte Herðubreið se encuentra este oasis, más concretamente en el desierto de Ódáðahraun. Fue creado por la erosión volcánica causada por la erupción del volcán Trölladyngja. Es una de las zonas de escalada más importantes de este país, sin duda se respira ese ambiente propio de un oasis que hace de la gente amable al comprender el valor tan escaso de los bienes que encierra.
Oasis Wadi Shab – Omán. Este verde oasis se encuentra oculto por el gran desierto de Omán. Algunos de estos manantiales de este sultanato están siendo objeto de investigaciones en el campo de la biodiversidad agrícola, ya que es curioso cómo se están secando en los últimos años gran cantidad de oasis que han persistido varios siglos en esta zona.
Oasis Timia – Desierto del Sahara, Níger. Además de ser encantadoramente bonito, este oasis es una gran fuente de ingresos, ya que además de ofrecer a sus visitantes agua en el grandioso desierto del Sahara, también hay plantados naranjos y granadinos a disposición del visitante
Oasis del lago de Media Luna – Desierto de Gobi, China. Se encuentra al oeste del país, en un antiguo pueblo al que se puede llegar viajando por la Ruta de la seda.
Actualmente se está secando y su nivel ha bajado en los últimos 30 años, en parte debido a que el agua está siendo redirigida para el uso de granjeros locales, y al hecho de que la población de la zona está en aumento.
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