Plantas en movimiento
Es cierto, las plantas se mueven, sólo sería necesario pensar en los movimientos que desarrollan algunas plantas carnívoras para atrapar a los insectos.
Existen los denominados tropismos, movimientos de crecimiento en respuesta a un estímulo externo y determinan la orientación de un órgano o parte de la planta, respecto a la dirección del estímulo:
Fototropismo: A todos los que tenemos macetas en casa hemos tenido que ir girando el tiesto para que la planta no creciera inclinada hacia la luz (fototropismo positivo).
Geotropismo: Esto lo aprenden las plantas en el mismo momento de nacer, de esa forma las raíces las dirigen hacia abajo y el tallo lo elevan a la superficie del suelo para germinar. Si un árbol es derribado, su tronco volverá a tomar la vertical y sus raíces también.
Las Nastias: La orientación no viene impuesta por la dirección del estímulo externo, sino que reside en la propia asimetría estructural del órgano. Las hojas de las mimosas, la albizzia, el trébol, abren sus hojas durante día y las cierran durante la noche. Muchas flores cierran sus pétalos durante la noche.
Circumnutación: Movimientos continuos de exploración en el espacio. Muchas plantas trepadoras de tallos volubles desarrollan un mecanismo de exploración en hélice, una vez alcanza la planta el soporte, se enrolla en él. Otras desarrollan zarcillos como la parra virgen que son los encargados de desarrollar los movimientos exploratorios hacia puntos de sujeción.
El tactismo: es otro tipo de movimiento que desarrollan las plantas carnívoras, capaces de reaccionar en segundos ante un estímulo externo.
Nos olvidamos además de un tema realmente curioso e intenso respecto al movimiento que realizan las plantas, nos referimos a la aventura que supone la dispersión de las semillas.