Ronronéame mucho
¿Por qué no todos los gatos emiten este sonido? ¿Qué significa? ¿Tiene su runrún poderes curativos? Son algunas de las preguntas que siempre nos hemos hecho.
Prrrrrrrr. Esta es la onomatopeya del ronroneo gatuno, una vibración típica de los felinos que no rugen, como el ocelote o el puma. Cada felino tiene su propia personalidad. Los hay que no ronronean, al igual que algunos son más maulladores que otros o menos cariñosos o sociables. Los felinos domésticos nos hablan a su manera. Los expertos hablan de dos tipos de ronroneo: el post apreciativo o agradecido, que es aquel sonido que el gato dedica a quien le da algo de su agrado, y el anticipatorio, que es el que emite para conseguir lo que desea en ese momento.
La ausencia de ronroneo no debe identificarse siempre como un signo de alarma o de enfermedad del gato. Simplemente su mascota es un poco excéntrica. Eso sí, es un sonido bello y elaborado: solo los mapaches emiten un runrún similar, aunque no son capaces de hacerlo con las variantes (diferentes intensidades) con que lo consiguen los gatos. No solo ronronean cuando están relajados y a gusto, también lo pueden hacer cuando sienten dolor y están enfermos, como forma de aliviar sus molestias; y en otras situaciones, como cuando se les acaricia, tienen miedo, al despertarse de una sedación o anestesia, cuando están con sus cachorros o incluso durante el parto. Los gatos empiezan a ronronear muy pronto: a partir del segundo día de vida, aun siendo sordos y ciegos, son capaces de manifestar este característico ruido y de conocer donde está su madre a través de las vibraciones que genera su ronroneo.
Este sonido felino, emitido con las cuerdas vocales, ha sido sobrevalorado a lo largo de la historia, al atribuírsele excelencias curativas para las personas que no están constatadas ni corroboradas de manera científica. Entonces, ¿qué hay de cierto en que el ronroneo del gato es terapéutico? Existe parte de verdad y otra de leyenda.
Un estudio realizado por Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bioacústica, en el Instituto de Investigación de la Fauna de Comunicaciones de la Universidad de Carolina del Norte, investigó el ronroneo del gato, con un resultado que demostró que este sonido felino se encuentra en una frecuencia de entre 25 y 40 hercios por segundo. Este rango es similar al de las ondas terapéuticas, que se utilizan en tratamientos de rehabilitación para casos como las fracturas óseas. Esto, obviamente, no significa que el ronroneo mejore la densidad del hueso del ser humano, pero ya tiene algo en común con la tecnología médica de ultrasonidos que sí lo hace.
Evidencias científicas aparte, las personas con gato coinciden en que cuando estos ronronean, ellos se sienten relajados. Está comprobado que el ronroneo felino ayuda a bajar la presión arterial y el estrés en nosotros los humanos. Existe la teoría de que el ronroneo es causado por la liberación de endorfinas naturales que ayudan al cuerpo a relajarse. Pero a pesar de que el ronroneo es conocido, lo verdaderamente curioso es que todavía hoy no se sabe cómo el gato consigue producirlo.
Como en todo lo difícilmente explicable, existen teorías. Una propone que el ronroneo parte de unos pliegues o falsas cuerdas vocales; otra que se produciría por la contracción de ciertos músculos de la laringe y, entre otras muchas, destacaríamos aquella que relaciona el ronroneo con el flujo sanguíneo de la vena cava posterior; según la cual el flujo venoso y la acción del diafragma sobre esta importante vena provocarían unas oscilaciones que se verían amplificadas en la caja torácica.
Quizá pasen muchos años sin que este secreto tan bien guardado por los felinos haya sido resuelto. Mientras tanto, pensemos que cuando nuestro gato ronronea, algo bueno le pasa, o algo bueno está buscando; y que cuando le tenemos cerca te sientes feliz y en paz, te sientes Wakan.
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