Ser vegetariano
Como seres humanos, poseemos libertad para elegir y decidir cómo queremos vivir, lo que determinará en gran medida el curso de nuestras vidas. Estas decisiones abarcan desde dónde vivir, con quién relacionarnos, hasta como vestirnos, y por supuesto, cómo alimentarnos.
En el mundo, millones de personas han adoptado modos de alimentación alternativos, alejados del consumo de productos de origen animal,ya sean vegetarianos, veganos, frugivorianos (o frutarianos), crudiveganos, higienistas, macrobióticos u ovolacteovegetarianos. Existen matices que las caracterizan y las diferencian, pero comparten la idea del rechazo a los alimentos de origen animal.
El vegetarianismo no es una moda o una dieta para bajar de peso, sino que es una forma de vida vinculada a la naturaleza, una elección ética. Los vegetarianos contemplan su alimentación como una filosofía de vida, donde los valores como la paz, el respeto a la vida, la procura de mejores aptitudes, la relación y vinculación con la naturaleza, y la armonía con el cosmos son fundamentales.
La base de esta ideología abarca desde el cuidado de la alimentación hasta la preocupación por el medio ambiente. Se fundamenta en el rechazo al especismo, como causa de explotación animal, así como el rechazo a la violencia animal y al desequilibrio natural. Se aboga por los productos de cultura biológica, rechazando abonos, tratamientos químicos, colorantes, conservantes o aditivos.
En definitiva, ser vegetariano implica un equilibrio filosófico y moral de la vida, más allá del mero consumo de verduras y frutas. Se trata de un cambio en la mentalidad y el estilo de vida, en rechazo al antropocentrismo y buscando despertar la conciencia humana en lo referente a los seres vivos del planeta.
Recientes estudios apoyan la filosofía vegetariana en pro del medio ambiente y demuestran sus beneficios a través de modelos predictivos matemáticos. Os adjuntamos un artículo de consulta: ¿Quieres salvar árboles? Por Javier Sampedro.
Hoy pretendíamos acercaros a la visión de aquellos que escogen esta elección. Evidentemente existen argumentos que refutan esta filosofía de vida y en la libertad de elegir aquello que nos haga más felices reside nuestra opción.
Asumir este modo de vida es una opción tan respetable como la de no elegirla, no obstante deberíamos sentarnos a pensar en la sostenibilidad alimenticia del ser humano, si seguimos creciendo de manera tan exponencial y si no cambiamos los hábitos de consumo o buscamos posibles soluciones, sobretodo en lo que a productos de origen animal se refiere.