Tejiendo puentes
El puente es símbolo de unión y de poder. El euro adopta como símbolo común en sus monedas el puente como instrumento de unión. También el título que recibían los emperadores romanos, y que heredan los Papas, es el de Pontífice Máximo donde “Pontifice” significa literalmente, “constructor de puentes”.
En algunos lugares del mundo, los puentes no se construyen: crecen, unen lazos y mantienen vivas las culturas.
En los bosques de Meghalaya, en Cherrapunji, India, el pueblo de los Khasis ha descubierto una forma, que requiere de gran paciencia, para cruzar muchos de los ríos que recorren su húmeda región ya que cada año, los suaves ríos de Meghalaya cambian a ser torrentes casi imposibles de cruzar. Dirigiendo las raíces de una especie muy abundante del árbol del caucho, o Ficus elastica, son capaces de crear sistemas vivos de puentes. Este árbol produce una serie de raíces secundarias desde más arriba del tronco y pueden posarse sobre enormes rocas a lo largo de las riberas de los ríos, o incluso en medio de los propios ríos.
Con el fin de que las raíces crezcan en la dirección correcta, los Khasis utilizan troncos de nuez de betel, rebanados por la mitad y vaciados, para crear los sistemas de orientación de la raíz.
Estos troncos impiden que las raíces finas y tiernas del árbol crezcan hacia fuera. Al llegar al otro lado del río, se les permite echar raíces en el suelo. Estas zonas se marcan con piedras de gran tamaño para favorecer el agarre de las raíces. Son auténticas obras de ingeniería, una incluso de dos pisos, como el “Puente de raíz Umshiang” (Portada).
Los puentes están vivos, y con el tiempo crecen cada vez más fuertes, reparándose a sí mismos y solidificando las relaciones de sus usuarios con la tierra. Algunos de los puentes tienen más de cien metros de largo, y toman de diez a quince años para ser completamente funcionales, pero son extraordinariamente fuertes, lo suficientemente fuertes que algunos de ellos pueden soportar el peso de cincuenta o más personas a la vez. En algunos casos llegan a superar los 30 metros de altura y algunos han llegado a los 500 años de edad. Eso sí, para que se mantengan, tienen que revisarlos generación tras generación.
Son sin duda una solución ejemplar resolviendo las necesidades de los habitantes en esta región de la India y a su vez respeta los valores de sostenibilidad, e incluso supera las características de otros puentes basados en la tecnología materiales menos naturales. Estos puentes son capaces de resistir las enormes crecidas de los ríos, ya que nos situamos en el punto más lluvioso del planeta.
Una solución inspiradora que verdaderamente está en armonía con la naturaleza… esto es realmente una construcción Wakan.
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