El misterio de las piedras deslizantes

Hay un lugar llamado Racetrack Playa  en el cual las piedras se mueven misteriosamente.

¿Quieres saber si es ciencia o ficción? ¡Adéntrate en este artículo y descúbrelo tú mismo!

 

Las piedras navegantes son un fenómeno geológico por el cual las rocas se mueven, sin intervención humana o animal, y dejan largos surcos en una superficie llana. Este suceso lo podemos contemplar desde el suroeste norteamericano, donde son más numerosas, hasta el Sáhara tunecino. En Racetrack Playa en particular, en el Valle de la Muerte de California, Estados Unidos, son muy numerosas.

Las piedras se mueven solo cada 2 ó 3 años y la mayoría de sus huellas se conservan durante 3 ó 4 años. Las piedras con base angulosa dejan trazas estriadas y rectas, mientras las que tienen base lisa dejan marcas divagantes. A veces, las piedras se vuelcan, y ponen en el suelo otra de sus caras que deja un rastro diferente. Algunas se llegan a desplazar hasta 400 metros.

Las piedras que empiezan su trayecto junto a otras, pueden viajar en paralelo hasta que algunas de ellas se desvía según cualquier dirección o, incluso, retrocediendo. Piedras del mismo tamaño pueden dejar trazas de distinta longitud. E incluso se han registrado en fotografías y filmaciones.

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A pesar de que se desconoce exactamente la causa de este movimiento, algunas hipótesis de las condiciones necesarias para que las rocas se muevan son:

  • Una superficie saturada en agua, superficie no inundable de los desiertos.
  • Una delgada capa de arcilla.
  • Fuertes ráfagas de viento como fuerza inicial.
  • Vientos fuertes sostenidos para mantener a las piedras en movimiento.
  • El campo magnético de la Tierra.

Pese a estos ítems, nos seguimos preguntando porqué se mueven o con que función, y qué es lo que las mueve. Así se abre la puerta a la imaginación, el misterio, los mitos, etc., pues nadie ha visto como se mueven realmente las rocas.

 

La revista del Smithsonian ha recopilado estudios científicos sobre este misterio, pero ninguno ha sido concluyente. ¿La solución? ¡En un tupperware!

Ralph Lorenz, científico planetario de la Universidad de Johns Hopkins, creó en 2006 una red de estaciones meteorológicas en miniatura en el Valle de la Muerte como parte de un proyecto con la NASA sobre las condiciones climáticas de Marte. Entonces descubrió las piedras reptantes y propuso su teoría llevándola a cabo en su cocina:

«Tomé una pequeña piedra y la puse en un Tupperware. Lo llené de agua de forma que la roca sobresaliera un poco. Lo puse en el congelador y obtuve un bloque de hielo con una roca que sobresalía».

Volcó la roca helada flotando en una bandeja de agua con arena en la parte inferior. Soplando sobre el hielo, se dio cuenta que podía enviar la roca deslizándose por la bandeja, dejando un rastro en la arena mientras se movía.

«Básicamente, un bloque de hielo se forma alrededor de la roca, y el nivel de líquido cambia de forma que la roca queda flotando en el barro».

«Es una pequeña capa de hielo flotante que pasa a tener una quilla hacia abajo que puede cavar un sendero en el barro blando».

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Aunque aparentemente hay una explicación científica de cómo se mueven, la maravilla que inspira tal fenómeno ha convertido a las piedras del Racetrack en un atractivo turístico, e incluso para muchos esto sigue siendo uno de los misterios y enigmas de la naturaleza.