Nepal, descubre este místico destino!

Desde que abrió sus fronteras en la década de 1950, esta pequeña nación montañosa se ha convertido en un destino irresistible y místico para los viajeros. El Himalaya es el principal objetivo de muchos montañeros, dado que Nepal ofrece las rutas más icónicas y accesibles para descubrirlo, con escarpados senderos que llevan, entre otros, al Everest y al Annapurna.

Hay quienes prefieren descubrir Nepal a un ritmo más pausado y contemplar las montañas desde un mirador, deambular por las plazas y templos medievales de Katmandú, Patan y Bhaktapur, o dar un paseo espiritual por stupas y monasterios centenarios junto a peregrinos budistas.  El valle de Katmandú atesora magníficos palacios, diminutos santuarios ocultos en callejones y maravillosos templos.

El templo de los Monos- es uno de los lugares más visitados de Katmandú. Sigue en pie tras el seísmo de 2015, con sus excelentes vistas del valle, su enorme estupa blanca y dorada y sus cientos de peregrinos rezando mientras hacen girar las ruedas de oración. También siguen allí sus descarados monos, que no dudarán en quitarte la comida que lleves en la mano al menor descuido. El terremoto derribó una de las dos torres blancas que escoltan el templo y dañó algunos edificios del entorno.

Un país tan singular, con más de 100 lenguas y etnias entre sus fronteras, que abarca desde las calurosas llanuras tropicales del sur hasta la cima del Everest tiene a la fuerza una gran diversidad culinaria como el dal bhat, la comida nacional: una base de arroz blanco y sopa de lentejas a la que se añade algún curry de verduras y circunstancialmente carne de pollo o cordero. Se come con la mano y con la bandeja apoyada en el suelo. O los momos, empanadillas de masa cocida y rellena de carne.