¿Cómo compran los insectos?
Descubriendo la relación “Insecto-planta”. Paralelismo evolutivo.
En nuestro planeta convivimos con numerosas especies de animales, pero ninguna clase de animales es tan numerosa como la Clase insectos. Se trata de un conjunto dentro del cual podemos encontrar una inmensa biodiversidad, de hecho hay más especies de insectos que la suma de todas las demás clases de animales. Una estimación de especies de insectos es de 1,1 millón de especies aunque dependiendo de autores y expertos puede variar esta cifra hasta los 30 millones de especies.
Estos animales desde su aparición hasta hoy han sido capaces de colonizar todos los ambientes, climas y lugares de la Tierra, gracias a su gran capacidad de adaptación y a su anatomía y fisiología. Algunas de las ventajas son su elevada tasa de reproducción que les permite obtener descendencia relativamente rápida y su pequeño tamaño que les va a ayudar a superar fluctuaciones bruscas del clima temporalmente e incluso espacialmente.
Una de las adaptaciones evolutivas muy importantes fue la adquisición de la endotermia (capacidad de producir calor interno con independencia del calor ambiental) que favoreció el vuelo en climas fríos. Pero el hecho de que estos animales encontraran alimento de las plantas con flores (Angiospermas), produjo un cambio de alimentación y modificación de los aparatos bucales, diversificando inmensamente a los Insectos y convirtiéndose en uno de los hechos evolutivos más importantes. Estas plantas ofrecieron alimentos a los insectos (polen y néctar) y apareció en este momento el grupo que hoy en día conocemos como los polinizadores, que lo comprenden especies de Dípteros (moscas), Lepidopteros (mariposas), Himenópteros (hormigas, abejas, avispas) y Coleópteros (escarabajos).
Esta nueva forma de obtener el alimento probablemente originó una nueva forma de estructuración y jerarquización social dentro de las poblaciones de estas especies como por ejemplo las sociedades establecidas en las abejas.
Pero, ¿Qué reciben las plantas a cambio por este bien tan preciado?
Gracias a estos acercamientos con las flores, a la vez que se alimentan o almacenan el alimento para ser transportado, se impregnan de polen maduro listo para fecundar a otras flores. De hecho las plantas para asegurar la eficacia del mecanismo, utilizan una estrategia interesante ya que hasta que el polen no está maduro no ofrecen a los insectos este alimento que tanto ansían.
Ahora, viajarán a otras flores para comer y depositarán el polen en esta nueva flor que podrá realizar la fecundación y completando el proceso de polinización.
A partir de este momento, se establecen relaciones íntimas, en ocasiones tan estrechas que ocurren entre una especie de insecto y una especie de planta. La planta evolutivamente modifica sus estructuras por y para dicho insecto y desarrollan características muy específicas como un olor, color, sabor o forma determinados. Estas relaciones evolutivas mutuas y paralelas entre plantas e insectos se les llaman coevolución y no sólo se han producido en relaciones beneficiosas para ambos organismos (simbiosis), sino que también han ocurrido a lo largo de la historia entre relaciones entre parásito-huésped, entre depredador-presa, etc. Además no sólo engloba a los insectos sino que también ocurre entre otras especies del reino animal.
Algunas plantas han desarrollado auténticas artimañas de defensa para evitar ser devoradas por los insectos fitófagos; unas han desarrollado un color amarillento de las hojas para aparentar debilidad y por lo tanto no apetecibles, otras han desarrollado cambios morfológicos como las enredaderas sudamericanas del género Passiflora que pueden imitar los huevos de las mariposas para que cuando vaya una hembra para depositar los huevos se crea que ya está ocupada. Otras utilizan los nectarios florales para ofrecer alimento a hormigas que van a defenderlas del ataque de otros fitófagos.
Con respecto a la coevolucion referente a la polinización es importante hablar de las señales y recompensas florales. Los insectos van a dirigirse a la planta en cuestión atraídos por las señales visuales o químicas que la planta ha creado para ellos y que ellos lo asocian con la recompensa buscada. Las flores que son polinizadas por insectos nocturnos, emiten olores penetrantes que guiará a los insectos hasta que el color de la flor cuando esté cerca de ella, sea definitivo para el encuentro (ej. Madreselvas y lepidópteros esfíngidos). En cambio las flores polinizadas por insectos diurnos, presentan olores más frescas y una enorme gama de los mismos.
Algunas Aráceas realizan una atracción engañosa ya que emiten olor a carroña que es el gancho perfecto para algunos coleópteros y una vez acuden se embadurnan de polen pero no reciben recompensa alguna. Las orqúideas consiguen imitar a las feromonas de las hembras de abejorros, realizando otro engaño.
Por ello, podemos pensar que cuando disfrutamos de la fragancia de una flor que nos gusta,o presenciamos la larga gama de colores y formas, realmente se trata de la estrategia de esa planta para motivar el acercamiento de su “gran amigo” o para engañar a sus “enemigos”, y no para alegrar nuestro exquisito olfato; aunque gracias a este hecho que ocurrió hace unos 100 millones de años podemos hoy en día deleitarnos de esta maravilla de la naturaleza.