El Perezoso

En las cuencas del río Amazonas y el Orinoco habita un mamífero muy raro cuya vida transcurre a ritmo demasiado lento para nuestra paciencia: el perezoso de tres dedos (Bradypus tridactylus).

Estos animales pasan sus días sin bajar de los árboles, y allí, entre las ramas, tiene lugar su ciclo vital casi entero, desde el nacimiento hasta la muerte.

Los perezosos de tres dedos, aí-aí o calípedes, como también se los conoce, son animales peludos de color verde grisáceo. Pesan poco más de cuatro kilogramos. Como indica su nombre, poseen tres dedos en cada pata y las superiores son más largas que las inferiores a fin de engancharse fuertemente a las ramas. La alimentación de los perezosos de tres dedos no es muy variada. Son folívoros, esto es, que comen hojas de los árboles. Para ello poseen un sistema digestivo muy eficaz que digiere plenamente las hojas. Como estas contienen tan pocas calorías, el perezoso debe economizar energías, de ahí su lentitud y su bajo metabolismo.

El perezoso de tres dedos es un animal lento, pero muy ágil para moverse entre las ramas de los árboles donde vive. Sus patas inferiores cortas le dificultan la locomoción terrestre, eso sí, son excelentes nadadores y. Durante mucho tiempo se creyó, probablemente a causa de su ritmo lento, que los perezosos de tres dedos dormían de 15 a 20 horas, pero la verdad es que duermen 10 horas diarias aproximadamente.

Lo cierto es que el perezoso de tres dedos tiene algunos depredadores importantes, entre los que se cuentan el jaguar, las águilas y las serpientes. Solo que al vivir entre las ramas y en árboles muy altos, el acceso a ellos se dificulta.

Ya sabemos que los perezosos de tres dedos son lentos, pero ¿cuánto? En tierra, se mueven a un promedio de dos metros por minuto; en los árboles, la cifra aumenta a tres metros por el mismo tiempo.

La reproducción del perezoso de tres dedos, como el resto de sus actividades vitales, transcurre en los árboles, desde al apareamiento hasta el proceso de dar a luz.

Los perezosos de tres dedos no están en peligro de extinción menor, no a causa de los depredadores, como puede suponerse, sino debido a la pérdida de sus hábitats por el avance irracional del ser humano.

Realmente existen dos grandes grupos de perezosos, de 2 dedos y 3 dedos, que se diferencian en sus garras delanteras (las traseras siempre tienen 3). Los de 3 dedos tienen costumbres más sedentarias, con un territorio pequeño y una dieta estricta basada en las hojas de unos pocos árboles.

Sorprendentemente bajan de su árbol una vez por semana…a cagar!, sí, a cagar. Después de defecar cubren de hojas y tierra sus excrementos. Un perezoso a nivel del suelo debe de ser la presa más fácil del mundo. Sus buenas razones tendrán para jugársela yendo al retrete.

Un estudio reciente ha concluido que el motivo de estos paseos podría ser la relación mutualista de los perezosos con la “comunidad” de polillas, hongos y algas que habitan en su pelo. Éste retiene la humedad como una esponja y posee estrías que favorecen la colonización y el crecimiento de las algas. Mientras, las polillas incuban a su prole en los excrementos y usan luego de refugio al perezoso.

La descomposición y mineralización de materia orgánica de las polillas es transformada por detritívoros (hongos, bacterias, etc), en amonio, fosfatos y nitratos que sirven de nutrientes a las algas. Y el contenido estomacal de los perezosos demuestra que comen habitualmente las algas de su pelo.

Es decir, los perezosos completarían su dieta con algas, cerrando así el círculo de esta curiosa relación. Y dichas algas podrían ofrecer otras ventajas como el camuflaje. Los perezosos de 2 dedos también son un “saco” de algas y polillas, aunque comparativamente tienen menos.

¿Y qué algas viven en los perezosos? pues dominan las algas verdes, con géneros como TrentepohliaTrebouxiaMyrmeciaChlorella, etc, pero el género dominante es Trichophilus (Trebouxiophyceae).

En concreto parece que existe incluso una relación específica entre los perezosos y Trichophilus welckeri. También se han encontrado algas rojas, cianobacterias, diatomeas e incluso algún dinoflagelado.