La “moda ancestral” de los mandalas

La cosmovisión más recurrente en todas las culturas ha sido la circular. La fuerza del círculo ha consistido quizás en la idea del eterno retorno, de lo infinito y de la perfección. Estas figuras tienen por objetivo representar la organización del macrocosmos (el universo, el mundo espiritual y la naturaleza) y el microcosmos (la naturaleza humana y el individuo) y como ambos están interrelacionados. Tienen su origen ancestral en la India (imágenes y meditaciones budistas) pero pronto se propagaron en las culturas orientales, en los indígenas de América y en los aborígenes de Australia.

La palabra, ‘mandala’ tiene distintos significados, entre los que se encuentran círculo, disco, óvalo, provincia, grupo y espejo, entre otros. La utilidad de los mandalas es muy variada: pueden ser utilizados para practicar la meditación y concentración, como un mapa del cosmos, y para poder representar los siete chakras (sajasrara, agña, vishuddha, anajata, manipura, suadhisthana y muladhara).

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Uno de sus usos para meditación consiste en sentarse en un lugar cómodo y tranquilo para poder mirar el mandala. Otra técnica consiste en dibujarlo e iluminarlo, y si se hace de adentro hacia afuera, servirá para que la persona pueda expresar sus sentimientos, mientras que si lo hace de afuera hacia adentro, significará que desea concentrarse en su centro espiritual.

En la cultura occidental, fue Carl G. Jüng (1875-1961) quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. Jüng solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana. Según Carl Jüng, “los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente”. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente anclado en el subconsciente colectivo.

Desde hace unos veinte años, en algunos países europeos se viene utilizando la milenaria técnica de los mandalas en ambientes educativos y de rehabilitación. Marie Prévaud (1935) ha sido una de las pioneras en este campo.

Los mandalas pueden clasificarse de distintas formas, no obstante una de las clasificaciones más empleadas es la siguiente:

  • Mandalas de la enseñanza: es simbólico y cada forma, línea y color representa un aspecto diferente de un sistema filosófico o religioso y visualmente simboliza todo lo que el alumno ha aprendido. El mandala de la enseñanza que se ha creado se lo puede describir como un colorido mapa mental que resume la doctrina religiosa.
  • Mandalas de curación: Se crea con el propósito de meditar y de invocar un sentimiento de calma y sabiduría interior.
  • Mandalas de arena: Son intricadas pinturas que tienen muchos símbolos y que están hechas de arena coloreada.  Estos mandalas representan la inestabilidad de la vida humana. Son creados meticulosamente a lo largo de varios días y son empleados en ceremonias y rituales.

Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior.