¿Por qué los mares son salados y los ríos son dulces?

 

Desde el colegio hemos aprendido que el agua de mar es salada y los ríos llevan agua dulce. Si el agua de los ríos llega al mar, ¿cómo ocurre esto? Esta curiosidad sobre el agua del planeta es una de las que más llama la atención a los niños curiosos y que más pasan por alto los adultos. ¿Quieres saber la explicación lógica a por qué los océanos y mares son salados y los ríos no? Sigue leyendo y descubrirás por qué.

Todos sabemos que el agua de los mares y océanos de la Tierra es salada. Por ejemplo en la playa, uno puede notarlo fácilmente y ni siquiera es necesario meterse en el agua para darse cuenta. Pero ¿sabes a qué se debe esto? ¿Por qué el mar es salado?

La solución conocida como agua de mar es el ingrediente esencial que compone los mares y océanos de nuestro planeta. En esta, uno puede encontrar todo tipo de cosas absolutamente interesantes, desde materiales que se han disuelto de la superficie terrestre a los materiales y fluidos que durante millones de años han liberado los organismos que viven o no en ella.

Estos numerosos y diversos componentes tienen influencia sobre las diferentes formas de vida. Algunos de ellos son su salinidad, sus temperaturas, los gases disueltos como el oxígeno o el dióxido de carbono, sus nutrientes y su pH, entre otras cosas.

Todo ello condiciona, afecta y ayuda o no de diferentes maneras cómo viven tanto las especies marinas como cualquiera de las demás.

La salinidad del agua proviene de los diferentes minerales disueltos allí y en particular, de la disolución de elementos químicos naturales como sodio, cloro, azufre, calcio, magnesio y potasio, entre otros.

Los océanos se formaron hace unos 4.000 millones de años. Las sales proceden de la inmensa cantidad de fumarolas y cráteres volcánicos que emanaban magma y gases ardientes. Hace estos 4.000 millones de años atrás La Tierra era una masa caliente donde no existían continentes, ni océanos, ni mucho menos seres vivos. A medida que se fue enfriando, de entre las rocas y desde el interior del manto subterráneo, comenzaron a surgir por mediación de los géiseres que se formaban en la superficie, gases volátiles y otros ligeros como el vapor de agua, que al salir a la atmósfera y enfriarse se condensaba y convertía en agua de lluvia. Esa agua cayendo constantemente sobre la superficie terrestre dio origen a la formación de mares y océanos, aunque en un principio no eran precisamente de “agua salada” tal como lo conocemos hoy en día, sino de “agua dulce”.

mar salado2

Junto con la lava de las erupciones volcánicas y el vapor de agua que brotaba a presión desde el interior de la Tierra surgían también determinadas cantidades de cloruro de sodio (NaCl) o sal común, acompañada de otros elementos químicos como el potasio, magnesio, sulfato, calcio, bicarbonato y bromuro. Al ser esos elementos mucho más pesados que el vapor de agua que los expulsaba hacia la superficie terrestre, quedaban depositados entre las rocas por donde salían las columnas de vapor. Ese proceso de acumulación de elementos sólidos durante miles de años dieron lugar a la formación de los continentes.

De la misma forma que cuando agregamos sal a un vaso de agua ésta se disuelve si revolvemos con una cuchara, la lluvia que caía sobre los continentes en formación disolvía y arrastraba a su paso la sal y el resto de los elementos químicos solubles en agua que se encontraban depositados entre las rocas y sobre la superficie terrestre, dirigiéndola hacia los mares y océanos.

El proceso de salinización también se produce cuando el agua de mar se filtra por las grietas de las aberturas hidrotermales existentes en el propio lecho marino, donde también hay acumulaciones sal.

 

El agua del mar al penetrar en el interior de la Tierra por filtración a través de esas aberturas, se calienta y mezcla con la sal ahí depositada. Ese proceso provoca que cuando sea devuelta de nuevo al mar, incremente su salinidad. La concentración de sales ha ido variando durante miles de millones de años. Hoy en la mayoría de los mares y océanos la salinidad es de aproximadamente del 3,5%.Por otra parte, la salinidad del mar no es la misma en todos los lugares. A ello contribuyen diferentes factores como el derretimiento de las masas de hielo de los polos, la desembocadura de los ríos, la propia evaporación, la lluvia, las nevadas, el viento, el movimiento de las olas y las corrientes marinas. Por ejemplo, el agua que rodea los polos es menos salada que la del Mar Báltico y ésta última, a su vez, es menos salada que la del Mar Mediterráneo. Por otra parte, el “Mar Muerto” contiene un grado de salinidad tan alto (350 gramos por litro), que no existe vida en sus aguas. Incluso una persona puede flotar perfectamente acostado boca arriba sobre su superficie.

En esta tabla te comparamos la concentración de sal de diferentes lugares en 8 litros de agua:

Mar Muerto (Dead Sea) 2640 gr
Mar Rojo (Red Sea) 320 gr
Mar Mediterráneo (Mediterranean Sea) 288 gr
Caribe (Caribean Sea) 280 gr
Mar Báltico (Baltic Sea) 48 gr
Albufera de Valencia 16 gr

¿Y por qué el agua de los ríos y los lagos no es salada?

El agua de los ríos y los lagos, a la cual les llamamos agua dulce, también contiene sales minerales, sólo que en menor grado.

Si analizamos el ciclo del agua vemos que muchos ríos desembocan en lagos. Y que también tienen un recorrido en el que el agua ha erosionado piedra y tierra y ha arrastrado diferentes partículas. Entonces, ¿por qué ese agua es dulce?, te preguntarás. La respuesta es sencilla: en los mares el agua se acumula conforme va llegando y lo único que ocurre es que se evapora por los rayos solares. Pero no existe una corriente de salida. En los lagos, sin embargo, el agua está en constante movimiento, porque llega a través de los ríos, pero también vuelve a salir. De esta manera, las partículas que lleva el agua también se van junto con ella y provoca que el agua se mantenga dulce con una mínima concentración de sales.

¿Entonces, los océanos se harán tan salados que será imposible la vida en ellos?

No. Aunque parezca raro, la salinidad del mar permanece estable desde hace más de 200 millones de años. La sal del mar tiende a autoregularse mediante el fuerte oleaje, dejando las sales disueltas al chocar con tierra firme; y,  formando compuestos insolubles que se precipitan en el fondo del mar. Con el paso de muchos años, estos sedimentos pueden formar porciones de océanos desalados llamadas salinas o minas de sal. Otras sales son absorbidas por las células de organismos marinos. Además, el agua que llega de los grandes ríos, glaciares y de las precipitaciones disminuye la concentración de sal acumulada.