El sexo Nemo; el pez payaso
Cualquiera que tenga hijos probablemente crea saber todo lo que hay que saber sobre los peces payasos. Hoy en wakan, te hablamos del sexo de los protagonistas de Buscando a Nemo.
Su color naranja brillante y sus tres características rayas blancas hacen del pez payaso-anémona uno de los más fáciles de distinguir entre los que habitan los arrecifes. Alcanzan unos 11 centímetros de longitud y reciben este nombre por las multicolores anémonas marinas en las que tienen su hogar.
Existen alrededor de 28 especies de pez payaso – anémona y se encuentran en aguas poco profundas del Océano Índico, Mar Rojo y el Pacífico Occidental.
Estos peces tienen su hábitat en venenosas anémonas, ellos se refugian, reproducen, se alimentan de ella. El pez payaso es el único que puede vivir rodeado de los tentáculos de las anémonas y los utiliza como defensa contra sus depredadores. Realizando una complicada danza con la anémona antes de instalar en ella su domicilio, y rozando suavemente sus tentáculos con diferentes partes de su cuerpo, logra que la anémona se acostumbre a su nuevo inquilino. La capa mucosa que recubre la piel del pez payaso le hace inmune al aguijón mortal de la anémona, que se alimenta precisamente de peces. A cambio de protección contra los depredadores y sobras de comida, el pez payaso mantiene alejados a los intrusos y acicala a su huésped, limpiándola de parásitos.
El pez payaso tiene muchos beneficios para la anémona ya que es su fuente de oxígeno para sus tentáculos, debido a que cuando este pez nada a través de ella produce mayor flujo de agua.
Pero esto no quiere decir que una depende de la otra, ya que se ha demostrado que los peces payasos no necesitan de ellas para sobrevivir, ni tampoco las anémonas morirían si la ayuda de este pez, aunque han visto que es la manera más fácil de sobrevivir por esto que este animal se une a ella. Sin embargo cabe destacar que este animal no nace inmune a la anémona sino que cuando nace la mucosa que genera lo va inmunizando a lo largo de toda vida.
Pero el título rezaba el sexo del pez payaso… ¡vamos a ello!:
Curiosamente todos los peces payaso nacen machos y tienen la posibilidad de cambiar de sexo, pero esto solo lo hacen para convertirse en la hembra dominante del grupo, claro una vez que cambian de sexo esto es irreversible. Esta habilidad la desarrollan cuando la hembra muere para así ser fecundado por un macho de la jerarquía.
El pez cuida los huevos por 3 o 5 días y cuando muere el grupo se hace cargo de cuidar las crías hasta que llegan a la madurez sexual. También cabe destacar que el pez payaso es un pez territorial, si se sienten amenazados estos no dudan en atacar.
Un equipo de la King Abdullah University of Science and Technology (KAUST) en Arabia Saudí estudió la biología que explica este fenómeno, identificando los cambios en la expresión de los genes dentro del cerebro y las gónadas que conducen al proceso del hermafrodismo secuencial.
Para ello, los científicos compararon los perfiles de actividad genética en machos y hembras adultos, así como en machos que se encontraban en múltiples estadios del proceso. Después de estar dos semanas separados de una hembra, los investigadores detectaron claros cambios en la expresión de los genes en el cerebro de los machos que aparentemente anuncian el inicio de la transición de sexo. Otras alteraciones complementarias en la expresión génica gonadal se hicieron evidentes unas semanas más tarde.
¿El cambio climático influye en este proceso?
Un candidato clave en este proceso es un gen que codifica una enzima denominada aromatasa, responsable de un paso fundamental de la biosíntesis de los estrógenos. Esta enzima estaba altamente expresada en los cerebros y gónadas de los peces que se adaptaban a las alteraciones del sexo.
Además, el equipo de científicos también descubrió que, probablemente, muchos otros genes interactúen con la aromatasa gestionando la degeneración de los testículos y el desarrollo de los ovarios. Con estos hallazgos sobre esta compleja transformación biológica, los científicos esperan explorar cómo los factores ambientales, y especialmente el cambio climático, influyen en este proceso adaptativo.
«No estamos seguros de si el calentamiento y la acidificación del océano pueden influir en la regulación controlada de los cambios de sexo», señala Ravasi. «Por eso estamos exponiendo los peces a condiciones oceánicas previstas para finales de siglo y tratando de entender si el cambio climático altera estas vías moleculares», concluye el experto.