El verdadero origen de la Navidad

Luces, adornos, colores, villancicos, los árboles decorados, el muérdago, los ”Feliz Navidad”, las castañas asándose en un fuego abierto y Santa Claus están todos asociados con esta festividad. Todos estos traen sentimientos cálidos a aquellos que la celebran,… todo preparado para la gran fiesta en la que nos reunimos con nuestros seres más queridos, la Navidad. Pero, ¿cuál es su origen?

La Navidad o también llamada coloquialmente «pascua», es una de las festividades más importantes del cristianismo. Esta celebración, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras Iglesias ortodoxas como la Iglesia ortodoxa rusa o la Iglesia ortodoxa de Jerusalén.

Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús. Pasaron 300 años después de Cristo antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no fue sino hasta el siglo V que fue ordenada en todo el imperio, como un festival oficial en honor a “Cristo”.

Todos sabemos que el 25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero la verdad es que se desconoce la fecha exacta de este hecho histórico. El análisis de ciertos fragmentos de los evangelios, así como de otros documentos de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis sobre el nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en Septiembre u Octubre.

Entonces… ¿Nació Cristo un 25 de diciembre?

Cristo nació durante el otoño del año. Adam Clarke Commentary (Comentario de Adam Clarke), volumen 5, página 370, edición New York: “Era costumbre entre los judíos enviar sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua [a principios de la primavera], y traerlas a casa al inicio de la primera lluvia”. Las primeras lluvias comenzaban a inicios o mediados del otoño. Continuando con la misma cita: “Durante el tiempo que estaban fuera, los pastores las vigilaban día y noche. Cuando la primera lluvia comenzó, temprano en el mes de March–esvan, tiempo que corresponde a parte de nuestro octubre y noviembre, encontramos que las ovejas eran mantenidas fuera, a campo abierto, durante todo el verano. Y puesto que los pastores aún no habían llevado a sus rebaños a casa, se presume que octubre aún no había comenzado, y que, por consiguiente, nuestro Señor no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos. Lucas 2:8 explica que cuando Cristo nació: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche” (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Por lo que con esto podemos apuntar que el nacimiento nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares 2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche.

Puesto que ahora ya sabemos que el 25 de diciembre no era siquiera cercano a la fecha de nacimiento de Cristo, ¿de dónde se originó el festival asociado a esta fecha?

El porqué de la elección de esta fecha se relaciona con la necesidad de la recientemente oficializada religión cristiana de imponerse sobre los tradicionales cultos paganos romanos. En diciembre se celebraba  (en el gran espacio ocupado por el Imperio Romano) el culto a Saturno, dios de la agricultura (principal sustento y actividad económica de estos pueblos). Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba el nacimiento del nuevo sol.

Las Saturnales emulaban la edad dorada romana y, durante su transcurso, se suspendían temporalmente las actividades comerciales, se cerraban las escuelas, el Senado o los tribunales de justicia, se permitían todo tipo de juegos de azar y apuestas y era habitual regalarse saquitos de nueces, velas o pequeños muñecos de arcilla. ¿Os recuerda a algo?

La fiesta tenía también su ironía: nadie estaba a salvo de convertirse en víctima de algún regalo bromista.

Durante esa jornada del 17 de Diciembre, los senadores y los caballeros romanos, aderezados con sus impolutas togas ceremoniales, ofrendaban a Saturno un gran sacrificio seguido de un ágape público que culminaba con gritos en honor al dios. Según la tradición gnóstica Saturno es Satanás y extrae su sustento vital de devorar a sus víctimas. En Palestina, los judíos sacrificaban a sus primogénitos en honor al rey Sol. Con ello, su intención era reavivar el fuego solar.

Por todo lo mencionado, los pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a estas celebraciones tan descontroladas.

La iglesia cristiana eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos. Así pues, sustituyeron la celebración de Saturno, rey del Sol, por la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret, argumentando que sol en inglés es “sun”, por lo que se tomó como el nacimiento del Hijo de Dios, que en inglés es “son”.

El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.

 

Es más, si miramos costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.

¿Es bíblico intercambiar regalos?

Los comerciantes reportan regularmente que más del 60% de sus ventas anuales ocurren durante la temporada de compras navideñas. Esto representa una tremenda cantidad de compras de regalos. La mayoría hoy cree que dar regalos viene del ejemplo bíblico de los “tres magos” (la Biblia no da número) quienes le presentaron regalos a Cristo. ¿Es esto cierto? ¿De dónde vino el intercambio de regalos, y qué dice la Palabra de Dios al respecto?

La Biblioteca Sacra afirma: “El intercambio de regalos entre amigos es una característica similar de la Navidad y la Saturnalia, y debe haber sido adoptada por los cristianos proveniente de los paganos, como lo muestra claramente la admonición de Tertuliano” (Vol. 12, p.p. 153-155). Durante la Saturnalia’. Una ofrenda era hecha debajo de un árbol de hoja perenne decorado, de acuerdo con el poeta pagano, Virgilio. Figurillas y máscaras, llamados ‘oscilla’, eran colgados en los árboles, al igual como se hace con las decoraciones navideñas hoy. La historia admite… no puede haber duda que en estos ‘oscilla’ tenemos un vestigio de sacrificio humano…”

¿No suena todo esto familiar? ¿Regalos, cantar en las calles, árboles de hoja perenne, decoraciones, ofrendas bajo el árbol, festejos y banquetes? Esto puede sonar maravilloso, pero representa cosas que son verdaderamente abominables.

Mateo 2:1-11: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.

Una antigua costumbre de oriente era presentar obsequios al venir ante un rey. Estos hombres entendían que estaban en la presencia del “rey de los judíos”. La Biblia contiene muchos ejemplos de personas enviando obsequios a reyes o presentándolos al llegar a su presencia. Esta costumbre es común hoy, cuando los embajadores u otros llegan a la presencia de un líder mundial.

De todos modos, la verdadera historia del origen de la navidad no debe distanciarnos de nuestras creencias personales y familiares. Puesto que la esencia de estas fiestas trasciende lo histórico, reside en lo espiritual, y está muy bien que así sea.

 

¡FELICES FIESTAS Y FELIZ AÑO 2017!

 

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