Si compartes, creces: relaciones de mutualismo
En términos científicos el mutualismo es la relación estrecha entre individuos de dos especies diferentes en la que ambos individuos obtienen un beneficio. Cuando se habla de una relación en la que intervienen dos miembros de la misma especie y ambos obtienen un beneficio se denomina cooperación.
Cuando estas interacciones son estrechas y duraderas en el tiempo se denomina simbiosis. Muchas veces se atribuye el nombre de simbiosis solamente a las relaciones de mutualismo, por ser el único tipo de relación en la que ambos ganan.
Existen varios tipos de mutualismo dependiendo la intensidad de la relación y de lo que cada participante aporte a la relación. El mutualismo puede no ser permanente ni obligatorio, como sucede en ciertos animales limpiadores, como crustáceos y peces que se comen los parásitos, los restos de comida o los tejidos muertos de otros animales. En este caso no depende uno del otro para sobrevivir, pero ambos salen ganando. El caso contrario se establece entre algunos hongos y algas que forman líquenes que han llegado a establecer una simbiosis tan estrecha que son incapaces de vivir sin el otro. El alga obtiene energía de la fotosíntesis y entrega al hongo moléculas energéticas para que éste pueda crecer. A su vez el hongo sintetiza moléculas estructurales y obtiene nutrientes y agua del suelo mucho más fácilmente que el alga, intercambiándolos con ella.
También puede hablarse del mutualismo llamado de recurso por recurso donde ambas especies aportan a la otra un recurso o sustrato que la otra no puede conseguir sola, o el que supone el intercambio de un recurso por un servicio. Este es el caso de las plantas con sus especies polinizadoras.
Finalmente existe el mutualismo en el que solamente se intercambian servicios. Dentro de este tipo podríamos encontrar la relación entre el pez payaso y las anémonas de los bancos de coral. El pez payaso inmune al veneno de las anémonas se protege de sus depredadores ocultándose entre sus tentáculos. El pez payaso con su movimiento entre las anémonas crea corrientes de agua para limpiar a la anémona y evitarles infecciones.